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Aprende cómo cuidar tu piel después del invierno

Todos sabemos que, después de una temporada de frío, nuestra dermis sufre consecuencias directas como sequedad o irritación. Es en estos momentos cuando se vuelve casi obligatorio aprender a cuidar tu piel después del invierno, hidratándola y nutriéndola con los productos necesarios.

¿No sabes cómo? Tranquila, porque te contamos algunos consejos para cuidar tu rostro tras el frío de la mano de grandes profesionales en dermoestética. Apunta, porque estamos seguros de que lo necesitarás tras tus vacaciones.

¿Cómo tratar tu piel durante épocas frías?

El primer consejo es siempre la prevención: antes de aprender cómo cuidar tu piel después del invierno, es fundamental anticiparte para tratar tu dermis con los productos y rutinas que se encargarán de mantenerla tersa y suave durante todo el año.

A pesar de que sea inevitable que se agriete o se perjudique con el clima, podemos aplicar en nuestro día a día las recomendaciones de los especialistas para tratar el menor daño posible en el futuro. Para ello, tenemos un objetivo clave: protegerla.

La mejor forma de llevarlo a cabo es utilizando una crema hidratante con protección solar que se adapte a tu tipo de piel. Es decir, que esté creada para rostro seco, graso o mixto, pero que además tenga componentes fotoprotectores para evitar manchas y daños. Aunque hablemos de temporadas frías, el sol siempre está ahí.

5 consejos para cuidar la piel después del frío

Como ya hemos comentado, aunque protejas y trates bien tu dermis es muy posible que tras temporadas de mucho frío esta quede dañada. Por ello, te contamos algunas de las recomendaciones que debes seguir para cuidar tu piel después del invierno.

Limpieza y exfoliación

Llega marzo, acaba el frío y toca tratar tu piel. Lo primero que debes hacer es una limpieza profunda para acabar con cada rastro de suciedad que pueda obstruir tus poros, utilizando un gel limpiador adaptado a tu tipo de piel. 

Después, aplica un exfoliante especializado para mantener la dermis oxigenada y acabar con la piel muerta antes de la llegada de la primavera. Aunque estos pasos sean parte de tu rutina diaria, este proceso debe iniciarse cada cambio de estación para que tu piel se adapte.

Hidratación constante

Uno de nuestros objetivos durante el invierno era mantener la piel hidratada, pero la sequedad del clima y las bajas temperaturas pueden convertirse en un problema. En este caso, te recomendamos utilizar una crema con altos niveles de hidratación y un serum que le proporcione la nutrición que necesita.

Mascarillas nutritivas

Para mejorar este proceso y como “ingrediente” adicional, las mascarillas nutritivas dermatológicas, durante este proceso de cambio a una nueva temporada, pueden devolverte el brillo, cuidar algunas zonas dañadas y nutrir la dermis para la llegada de la primavera. 

Eso sí, ¡elige bien cuál te aplicas! No todas valen para cualquier tipo de piel, sobre todo si tu rostro es delicado o tiene tendencia al acné. En estos casos, deberás consultar con un dermatólogo o a tu farmacia de confianza.

Temperaturas equilibradas

Tu piel está constantemente expuesta a los diferentes factores ambientales como, en este caso, la temperatura. De hecho, este post cuenta la importancia de cuidar la piel después del invierno y su clima frío.

Por ello, y para evitar que se exponga a temperaturas extremas, evita ciertas rutinas como ducharse con agua muy caliente, ponerse ropa muy poco abrigada, o lavarse la cara con agua muy fría. Lo importante es no experimentar cambios bruscos.

¡Usa siempre protección!

La importancia de la protección solar ya no solo reside en el cuidado de tu piel para mantenerla suave y brillante, sino en los posibles peligros que conlleva exponerla a los rayos ultravioleta del sol. Es por ello por lo que todos los dermatólogos recomiendan utilizar cada día crema con protección +50.

Un consejo extra: consulta tu tipo de piel con un especialista

¿Te gustaría saber cuál es tu tipo de piel y conocer los consejos de un dermatólogo en primera persona? Puedes ponerte en contacto con Clínica Guinova para asesorarte y conocer las recomendaciones para cuidar tu piel después del invierno. ¡Te esperamos!

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Beneficios de elegir una clínica certificada en ISO 9001:2015 para garantizar la calidad de los servicios sanitarios»

Tener una clínica certificada en ISO significa que la clínica ha implementado un sistema de gestión de calidad riguroso y efectivo que cumple con los requisitos establecidos por la norma ISO 9001:2015. Esta certificación se obtiene después de que un organismo independiente y acreditado ha evaluado la implementación del sistema de gestión de calidad de la clínica y ha verificado que cumple con los estándares internacionales de calidad.

Al obtener la certificación ISO, la clínica demuestra su compromiso con la mejora continua y la excelencia en la prestación de sus servicios. Esto implica que la clínica cuenta con procesos y procedimientos bien definidos, orientados a garantizar la satisfacción de los pacientes y la mejora de su calidad de vida. Además, el sistema de gestión de calidad permite identificar y gestionar los riesgos y oportunidades que puedan afectar el desempeño de la clínica, lo que se traduce en una mayor eficiencia, seguridad de todas las actividades realizadas en la clínica.

En definitiva, tener una clínica certificada en ISO significa que la organización está comprometida con la calidad, la mejora continua y la satisfacción del paciente. Esto genera confianza y seguridad en los pacientes, quienes saben que están recibiendo servicios de calidad y que la clínica está comprometida con su bienestar. Si buscas una clínica en la que puedas confiar y que cuente con los más altos estándares de calidad, no dudes en elegir una clínica certificada en ISO.