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¿Melasma o léntigo solar?

Según la Academia Española de Dermatología, el 80% de la radiación dañina se recibe antes de los 18 años, un dato alarmante si tenemos en cuenta que la población más joven suele ser la más expuesta sin protección a los rayos del sol. Esto puede provocar en el futuro manchas como el melasma o el léntigo solar.

En verano, este tipo de afecciones de la piel se incrementan y se vuelve imprescindible contar con la protección correcta para frenar la hiperpigmentación y, por lo tanto, el envejecimiento y el maltrato de la dermis.

Melasma o léntigo solar: ¿cómo se producen?

El melasma y el léntigo solar son dos tipos de manchas que aparecen normalmente en el rostro, y que se forman como consecuencia de la hiperproducción de melanina como mecanismo de defensa ante los radicales libres del sol. Cuando esta pigmentación se sobreproduce, se dispersa y surgen las manchas.

Pero, ¿cómo identificar cada una de ellas? Lo cierto es que físicamente no existen muchas diferencias y, para alguien que no esté especializado en dermatología, pueden parecer lo mismo a primera vista. La realidad es otra.

¿Qué es el melasma?

El melasma, también llamado cloasma, consiste en manchas grandes, oscuras y de bordes irregulares que cubren una zona de la cara y que son fruto de un aumento de la melanina en ciertas zonas expuestas al sol, como la frente, los pómulos o el mentón.

Estas son más comunes en mujeres durante la década entre los 30 y los 40 años, intensificándose en el caso de que estén embarazadas o estén pasando por un proceso hormonal como la ingesta de anticonceptivas.

¿Qué es el léntigo solar?

Por otro lado, el léntigo solar, también conocido como mancha hepática o “mancha del envejecimiento”, es un tipo de mancha que se genera en ciertas áreas expuestas a la radiación solar y que normalmente aparece por la edad de la persona. 

Las zonas más comunes donde suele surgir son la cara, el pecho, los brazos, la espalda e incluso el cuero cabelludo. Suelen ser más claritas y definidas, aunque se oscurecen con el paso del tiempo, y tienen forma ovalada o de círculo.

¿Cómo tratar el melasma?

Entre ambos tipos de manchas, el melasma es el más difícil de tratar debido a que los melanocitos estarán biológicamente más activos y continúan expuestos a los rayos del sol. Por ello, y aunque existen tratamientos que ayudan a acabar con él, podría volver a aparecer más adelante.

Las principales medidas o tratamientos para el melasma son:

Protección solar: tratamiento preventivo

¿Estás viendo cómo nacen esas molestas manchas solares, y quieres que no se expandan? Como tratamiento preventivo, es esencial que siempre uses crema solar con la máxima protección (+50) cuando te expongas a los rayos solares.

Cremas despigmentantes

Por otro lado, si quieres atenuar el color del melasma en tu rostro, un dermatólogo puede recetarte el uso de cremas o productos despigmentantes que sean ricos en vitamina C, retinoides y sustancias antiinflamatorias.

La inclusión de un profesional en este tratamiento se debe a que este debe aconsejarte el uso dependiendo de tu estado médico. 

Peeling facial y láser

El peeling facial o, en última instancia, el láser, son tratamientos de medicina estética que se encargan de devolver la luminosidad y rejuvenecer la piel de la persona, purificándola, oxigenándola y unificando el tono para acabar con las imperfecciones.

Aunque estos pueden suponer una molestia durante el momento del tratamiento, la realidad es que es totalmente indoloro y no requieren de anestesia local. 

Tratamiento para el léntigo solar

A la hora de tratar el léntigo solar, es posible utilizar muchas de las técnicas del melasma que ya hemos mencionado como, por ejemplo, las cremas despigmentantes o el uso de protector solar durante la exposición como método preventivo. 

No obstante, también están aconsejados otros tratamientos un poquito más invasivos como:

Crioterapia

Se trata de un procedimiento utilizado para las manchas más oscuras de la piel, en el que se congela esta a través de un compuesto de nitrógeno líquido, con el objetivo de que se caiga poco a poco como una verruga. 

En general, solo son necesarias una o dos sesiones para acabar con esta afección y los resultados son leves. ¡Pero cuidado! Porque un mal hábito tras la intervención podría volver a crear la mancha. Tras esta, debes ser cuidadoso y proteger la zona del sol.

Eliminación con láser

Otro de los tratamientos para eliminar el léntigo solar es el láser de luz pulsada, un método más doloroso e invasivo que actúa con las manchas casi como una goma de borrar, eliminando cualquier rastro de imperfección en el rostro.

Solo se necesita, en la mayoría de las ocasiones, una sesión. Esta mancha quedará con una costra que irá cayéndose con el paso de los días, devolviendo una piel lisa, suave y sin ningún rastro de léntigo solar.

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¿Quieres contar con los profesionales adecuados para tratar tu melasma o léntigo solar? En Clínica Guinova contamos con servicios médicos estéticos y dermatológicos para apoyar tu proceso de cura de las manchas de tu piel.

Si estás preparada para someterte a este proceso y quieres que te asesoremos sin ningún tipo de compromiso, ponte en contacto y te ayudaremos en todo lo que esté en nuestra mano. ¡Te esperamos! 

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