Cómo puedo identificar si sufro contracturas

¿Te duele la espalda y crees que puede tratarse de una contractura? Existen ciertas formas de averiguar qué es ese molesto dolor de tu espalda o tu cuello antes de acudir a un profesional para solucionar el problema. Nosotros te enseñamos cómo identificar una contractura.

¡Pero ten cuidado! Cualquier consejo, sobre todo cuando afecta a la salud física, debes tomarlo con ciertas precauciones y avisar a tu fisioterapeuta en el momento en que comiences a sentir una incomodidad mayor.

Tipos de contracturas y cómo se producen

Lo primero es lo primero: ¿cómo se producen estas lesiones y qué tipos puedes encontrar? Las contracturas son contracciones involuntarias de uno o varios músculos que van acompañadas de sensación de rigidez y dificultad para movilizarse de forma regular.

Podemos encontrar diferentes tipos dependiendo de varios factores, como el lugar donde se producen, el momento en el que se producen, cómo se dan o el tipo de dolencia que traen consigo más adelante.

Si lo que te preguntas es qué tipos existen según cómo se producen, podemos diferenciar entre las siguientes:

  • Contractura por adherencia: Se trata de aquella que se produce cuando el cuerpo no se mueve lo suficiente, y este genera una reacción en forma de contractura. 

De la misma manera, cuando esta se desarrolla en el tejido cicatricial, se produce una cicatriz que reduce la movilidad.

  • Contractura mioestática: Lesión generada debido a un movimiento brusco, pero que no suele durar mucho en el tiempo.
  • Contractura irreversible: los tejidos del músculo se sustituyen por tejido óseo, y entonces se produce una lesión irreversible que es muy difícil de recuperar, junto al movimiento de la zona.
  • Pseudomioestática: Esta se produce cuando una lesión en el sistema nervioso central provoca una contracción.

¿Cómo identificar si sufro contracturas? | Clínica Guinova

Síntomas de una contractura muscular

Ahora que conoces todos los tipos, ¿cómo identificar si sufres una contractura? Lo primero de todo es hacer caso a los síntomas observables en tu cuerpo que podrían estar mandándote una señal de que ando no anda bien:

  • Dolor en la zona donde se produce la contractura, acompañado de rigidez que impide el movimiento. 

Puede tratarse de una contractura más o menos dolorosa dependiendo de la intensidad de la misma y su afección al resto del cuerpo.

  • Debilidad en el resto de músculos del cuerpo, con mayor sensación de cansancio y sobreexposición.
  • Movimientos más limitados en la zona afectada, sin capacidad para los esfuerzos bruscos.

Si estás sufriendo este tipo de presión en alguna parte de tu cuerpo, sobre todo en la espalda o el cuello, es el momento de dar el siguiente paso para identificar una contractura. 

¿Cómo se palpa una contractura muscular?

Localiza exactamente el punto en el que te duele, la espalda, el cuello, la pierna… etc. Palpa la zona hasta encontrar el foco del dolor y busca si existe algún bulto, nudo o tensión en el músculo. Si es así, probablemente tengas una contractura y necesites acudir a un profesional que solucione el problema.

¡Recuerda! Todo este proceso debe realizarse con mucho tacto, cuidado y delicadeza, pues podrías empeorar la situación y dar lugar a consecuencias que llegan desde un dolor leve, hasta grandes problemas de movilidad.

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