¿Te han citado para una ecografía cutánea, pero no sabes qué tipo de prueba es? Esta técnica, ampliamente utilizada por los profesionales como medida preventiva y mínimamente invasiva, permite visualizar la piel con mayor nivel de detalle para detectar ciertas afecciones no identificables a simple vista.
En Clínica Guinova te contamos en qué consiste esta prueba, para qué se utiliza y cuáles son los beneficios de acceder a ella.
¿Qué es una ecografía cutánea?
La ecografía cutánea es una técnica de imagen mínimamente invasiva, que utiliza los ultrasonidos para visualizar con más detalle la piel del paciente, así como sus anexos (pelo, glándulas, sebo, folículos… etc.) para detectar posibles afecciones o problemas que no podrían identificarse en un primer vistazo.
Estas radiofrecuencias pueden variar entre los >7MHz y >20MHz, la frecuencia acertada para reflejar las estructuras dérmicas con claridad y observar con detenimiento qué está pasando en la piel del paciente.
Por lo tanto, si te han citado para una ecografía cutánea, probablemente estarán eliminando todas las opciones para un posible diagnóstico que no es posible observar desde otra perspectiva.
¿Qué se ve en una ecografía cutánea?
Si alguna vez has visto la ecografía de la barriga de una embarazada, en este tipo de prueba no encontrarás nada distinto (o, por lo menos, a los ojos de una persona que no está especializada en dermatología).
En la pantalla se reflejará una imagen en blanco y negro con franjas en modo B (bright) en tonos blancos, grises y negros que representan las diferentes capas de la piel: epidermis, dermis, fascia y tejido celular subcutáneo.
Ante cualquier alteración de esta imagen debemos poner una especial atención, pues podría tratarse de diagnósticos preocupantes.
¿Para qué sirve la ecografía cutánea?
Como ya hemos mencionado, la ecografía cutánea es una técnica de diagnóstico preventivo; es decir, que se trata de un procedimiento de dermatología especializada cuya principal finalidad es comprobar el estado de la dermis para detectar alteraciones o posibles afecciones y/o enfermedades.
Normalmente, se utiliza en casos de sospecha clínica, en la que los profesionales hayan detectado anomalías o síntomas preocupantes. Sin embargo, también se usa para realizar el seguimiento a un tratamiento o a un paciente después de una cirugía.
¿Qué podemos detectar con una ecografía cutánea?
Existen diferentes problemas o afecciones en la piel que una ecografía cutánea puede detectar de forma preventiva con el fin de aplicar las soluciones y tratamientos necesarios. Por ejemplo, algunos como:
- Tumores benignos de la piel: Podemos observar las estructuras dérmicas más profundas, lo que nos permite identificar este tipo de afecciones para extraerlas cuanto antes.
- Cáncer de la piel o melanomas: En caso de que el paciente tenga algún tipo de cáncer o melanoma, la ecografía cutánea ayuda a reconocer el grado de expansión del tumor para aplicar el tratamiento más adecuado.
- Enfermedades inflamatorias o infecciosas: Pueden detectarse inflamaciones de la piel, el pelo o las uñas, a la vez que se resuelven dudas sobre la extensión de verrugas plantares o hiperpigmentación.
- Problemas en los tratamientos de estética: Valoramos la evolución de los tratamientos estéticos desde un punto de vista médico, permitiendo un seguimiento más detallado del paciente.
- Envejecimiento de la piel: Medimos el grado de envejecimiento de las células de la dermis mediante un proceso de medición de la banda hipoecoica subcutánea en diferentes áreas.
Tu dermatólogo de confianza, en Clínica Guinova
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